sábado, 27 de septiembre de 2014

Mi cuerpo es...

Buenos días mis lectores y lectoras. Esta mañana me he despertado dándome cuenta que he adelgazado, que habia pasado dias y noches llorando porque nada me entraba o todo me apretaba y sólo en un par de semanas estoy consiguiendo algo que me parecía casi imposible. No estoy haciendo dieta, no me estoy matando a hacer ejercicio, la verdad es que no me esperaba que me pasara esto así y tan rapido. Pero sí que he hecho un cambio en mi actitud. Mis comidas no son abundantes sino equilibradas, bebo más agua porque donde estoy es un clima bastante seco, pero sobre todo, no me quedo en la cama, no vivo encerrada en las cuatro paredes que estoy alquilando. Salgo, camino, corro... Además, aquellas personas que tengan pareja... ¿de verdad no se os ocurre ningún ejercicio que hacer ambos? No hay nada más natural y saludable. Además, probando cosas nuevas nunca se cae en ninguna rutina y eso no sólo pasa en las relaciones de pareja sino con uno mismo.
La mejor relación de tu vida es contigo mismo, viendo lo mejor de cada uno de nosotros y por una cosa positiva que te pase, sea lo que te haga sonreír durante días.

Os dejo aquí un video que ha llegado a mis ojos y sobretodo a mi corazón porque al verlo he sentido que tenia que compartirlo con todos vosotros. Espero que os sirva al igual que a mi.

"Mi cuerpo es suave y lujurioso". La mejor descripción y respuesta para vuestro cuerpo.



jueves, 18 de septiembre de 2014

No siempre podemos tener esa suerte de encontrar a la persona indicada, no quiere decir que sea perfecta, no quiere decir que tenga todo aquello con lo que siempre has querido.
Tenemos, sobre todo las chicas, la obsesión de crear una lista, una serie de requisitos que debe tener, mejor dicho, que debe cumplir la persona de la que enamorarnos. No lo critico, porque yo la he tenido. De hecho, aún continúo con unos pocos. La cuestión es que en cuanto encontramos a alguien con quien estamos verdaderamente a gusto, todo lo demás deja de importar, con sólo cogernos de la mano sentimos que todo lo demás desaparece, que se para el tiempo para él o ella y para ti.  
De verdad que sólo tienes que pasar por determinadas experiencias, que lo más seguro no serán las más agradables de tu vida, pero solo entonces comprendes que hay algo más allá de esa lista. Que no son los requisitos los que hacen que te enamores locamente de una persona, sino lo que no se encuentra en la lista. Si no piensa que solemos querer a alguien que tenga la cabeza bien puesta sobre los hombros y asociamos esa característica con una persona seria. Pero no es lo mismo. En ocasiones una persona con la cabeza bien puesta sobre los hombros puede ser una persona que se pase el día haciendo el tonto para hacerte reir. 
No queremos darnos cuenta que una cosa no cambia la otra. Puede ser que nos cueste creerlo pero es así.
Como bien dijo una vez el novelista francés Tristan Bernard, «Para ser feliz con los demás es necesario no pedirles lo que no pueden darnos.» A veces exigimos tanto a los demás, pero el doble les exigimos a esas personas que aparecen en nuestras vidas, dispuestas a intentar hacernos felices, que olvidamos esas pequeñas cosas que no exigimos y que en cambio, gracias a eso, pueden hacernos las personas más felices del universo, o al menos del planeta. Apuesto que a muchos de ellos les habéis respondido "me gustas pero como amigo" o "te falta algo que necesito en una pareja", no necesariamente han sido esas palabras pero sí que solemos usar variantes. Pero al fin y al cabo, si no cumple con esos requisitos no damos la oportunidad.
Tal vez muchos de los que lees esto diréis, qué sabrá esta niña, apenas está yendo a la universidad y ya se cree una experta. No, no soy una experta ni mucho menos. Pero sí que pienso en ello. Más cuando estuve a punto de desperdiciar una oportunidad de tener a una persona increíble a mi lado, pensando que eso estaba destinado al fracaso, que sólo nos llevábamos bien y, encima por el qué dirán. Ahora, por dar de lado esa estúpida lista y ese miedo, tengo a mi lado a una persona que no sólo cumple con algunos de los "requisitos", lo admito, pero lo que realmente me tiene tan enamorada e inspirada son aquellas cosas que no esperaba encontrar en nadie, aquellas que no buscaba. Sí, es testarudo; habla muchísimo, alto y claro; es de la otra punta del país aunque la mayor parte del tiempo, al menos durante un par de años, estudiamos en la misma ciudad diferente a nuestro domicilio familiar; hace muchas tonterias; es algo introvertido al principio, cuando le conocí pensé que le caía mal de lo cortante que era; y entre vosotros y yo, nuestro primer beso fue un total y completo desastre, pero no me importó porque fue el primer beso que marcó el inicio de algo nuevo, bonito y espero que muy duradero. ¡Ah! Muchas veces no mide lo que dice y ha llegado a herir mis sentimientos. Pero se esfuerza día a día para enmendar esos fallos, hace esas tonterías para animarme, para que sonría y me ría la cantidad suficiente como para que esa sonrisa me dure todo el día. Se esfuerza por que no haya un solo día en que no sienta que él está a mi lado y que me quiere como a nada en este mundo, tal y como soy.
No, no es perfecto, yo tampoco lo soy y él sabrá, a veces mejor que yo, mis fallos y los requisitos que cumplo para él.
Pero tanto los que sí, como los que no cumple esa persona, hacen que cada día que pasa desees pasar el resto de tu vida con esa persona. Tal vez no sea así y dure unos meses, unos años o un par de décadas, pero hay una combinación de cosas que pides que tenga alguien y las que no pides, tan perfecta para tu personalidad. Sólo hay que abrir puertas y ventanas, sin miedo.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Palabras mágicas que desvanecen.

¿Nunca os habeis dado cuenta de lo increíblemente difícil que se nos hace decir esas palabras "mágicas" que nos obligaban de a decir tanto de pequeños?
Estas palabras se nos van olvidando a medida que vamos creciendo. ¿Cómo? Os preguntaréis. Pues en mi humilde opinión, todo es culpa de esta sociedad que está cada vez más jerarquizada. Encontramos esta estructura en todos y cada uno de nuestros ámbitos. En el hogar, por ejemplo. Nuestros padres al educarnos nos inculcaban, o al menos a la mayoría, el tener que pedir por favor y dar las gracias por todo. A medida que crecemos, en mi caso y muchos que he podido observar, ellos mismos, al ver que lo tenemos aprendido, dejan de pedirnos tanto las cosas con un "por favor" y unas pocas veces nos dan las gracias. Es curioso cómo los buenos modales van desapareciendo tan a la ligera y tan descaradamente. Pero claro, pobre de ti que no les pidas algo por favor y con un gracias después... No quisiera estar en tu lugar si lo has hecho.  Es injusto pero cierto. ¿Es que acaso no debes ser igual de educado con personas extrañas que con tus propios hijos? Yo creo que tus hijos son la razón de tu vida prácticamente, estudias y trabajas para darle un futuro a tus hijos, para darles lo mejor que te sea posible. Sí, te dan dolores de cabeza, lo admito, pero esos momentos felices compartiendo juntos son los que hacen que todo merezca la pena. Por tanto, madres y padres, más por favor y gracias. Que somos vuestros hijos, quienes os quieren e intentan seguir vuestros pasos e intentar que estéis orgullosos, no esclavos.
Esclavos, a esa palabra quería llegar. Nos sentimos esclavos en el sentido en que sin un por favor, aunque sea obligatorio, nos suena a o lo haces o lo haces. Con un por favor, sabemos que debemos hacerlo pero sentimos que tenemos opción,  que tenemos voz y voto, a pesar de que estemos en la obligación de hacer lo que nos piden. Bajo mi punto de vista, prefiero  una petición obligatoria a un mandato. Aquí llegamos al trabajo. Se supone que en el trabajo debemos sentirnos motivados, debemos estar contentos. ¿Qué empleado, por muy bajo que sea su puesto, se sentirá a gusto en un puesto de trabajo en el que parece que trabaja para un dictador? Es decir, si mi jefe me ordena que haga algo pero pidiéndolo por favor, me sentiría verdaderamente motivada a realizar la tarea que se me ha encomendado. No quiero decir que deba decir las palabras exactas "por favor", pero ordenar, decir y pedir las cosas de una manera civilizada. Su equipo, su personal, su capital humano, son personas que están ahí para trabajar, un trabajo que requiere de personal. Uno depende de todos y todos dependen de ese uno. Por eso, pienso que la palabra correcta es la primera de todas, equipo. Es la palabra que mejor define a todas las personas que forman una plantilla en una empresa, sea del tipo que sea. Creo que es una especie de antónimo respecto a lo que muchos hoy en día piensan. Poco falta para besarles los pies a nuestros jefes. Un consejo, si lo hacéis, ya que estáis le laváis los pies antes. Más que nada por higiene.
Finalmente, todos, a medida que nos hacemos mayores ya directamente. Si os dais cuenta, son pocas las personas mayores que por ejemplo en un bus te piden por favor paso o el asiento. Yo cedo, cuando veo a alguien mayor, embarazadas, con niños o simplemente que vea con malestar, mi asiento. Pero soy humana, y como a cualquiera le ha podido pasar de ir distraido y no ver más allá de nuestras narices. Hay quienes te hacen sentir verdaderamente mal por ello. Prácticamente hacen que te pongas de pie, en vez de decirte si por favor le cedes el asiento o el lugar donde estes. Es preocupante las maneras que en muchas ocasiones nos trata la gente mayor sobre todo. Muchas veces se quejan de la juventud, como siempre, generalizando. Porque como digo, yo por mi parte, intento hacer las cosas lo mejor que puedo. Pero en más de una ocasión me he encontrado con personas mal habladas, mal educadas y caras de superioridad, como si fueras, repito, su esclavo, como si fueras inferior. Otra vez, la jerarquía.
Por último, pero no por ello carece de importancia, el perdón. Demasiado nos cuesta reconocer nuestros errores y más aún reconocerlos ante los demás. Sabemos que hemos hecho mal, sabemos que hemos dañado a alguien de alguna manera pero somos capaces de pedir perdón. Hay quienes evaden el pedir disculpas haciendo como si nada hubiere ocurrido. Mal. Esto en muchas ocasiones, a la personas dañada le ocasiona un cierto malestar, una sensación de inferioridad tanto o peor que cuando le ordenan algo. Sólo os invito a pensar en una situación de dictadura o sin ir más lejos, una monarquía. Nuestra propia constitución excluye toda culpa al Jefe de Estado. Incluso es mejor en este aspecto, ya que por lo menos el que refrenda al Rey, es sobre el que cae la responsabilidad y hablando coloquialmente, el que debe pedir disculpas y pagar por el error. En cambio, en nuestros errores, somos nosotros los responsables y al no pedir disculpas, nadie paga por el error y nadie reconoce la culpa.
Nos estamos equivocando, nos empeñamos en que los pequeños sigan con sus palabras "mágicas" pero a medida que nos vamos insertando en la sociedad, las perdemos. Demos ejemplo, los pequeños son como esponjas y algún día crecerán.